Un largo viaje

Al aeropuerto de Ezeiza llegue cerca de las 11 de la noche hora argentina, había bastante gente, salían 3 vuelos, Roma, Miami y Sydney, hice el check-in sin problema, los e-tickets resultaron bastante efectivos solo pase el pasaporte e inmediatamente el pasabordo fue emitido, esta vez me asignaron la silla 25C, sabía que no era ventanilla, tenía pinta de pasillo y en ese momento no supe si alegrarme o sentirme triste porque no iba poder ver a Sydney desde el aire, pero lo bueno era que podía pararme y estirar los pies sin problema. Era un Airbus 340 de Aerolineas Argentinas, se parecía al 330 de Avianca pero este era mucho mas viejo, con decirles que aun tenía televisores de esos culones. Pase a la sala de embarque y vi que tenia bastante tiempo para hacer algo, la opción fue conectarme a internet, prendí mi equipo y busque las redes inhalambricas disponibles, habían varias pero solo una pública, me conecte a esa e intente acceder a igoogle, en ese momento no me abrió, me redireccionó a una página de telecom solicitando usuario y clave, mire al rededor y vi un pelado que estaba chateando, fui hasta él y le solicite los datos de acceso, pero la respuesta fue que había comprado una tarjeta prepago para navegar, le pregunte cuanto valía y me dijo 10 dólares la hora, obviamente tan necesitado no estaba como para pagar 19.000 pesos por una hora de internet, uno como colombiano hace el cambio y todo le parece caro, compre mejor unas papas por 9 pesos argentinos, algo así como 4.500 pesos colombianos y mejor me dedique a empezar mi blog, tenía mucho para contar y era el momento propicio.
Escribí cerca del 90% de la primera entrada, gaste como dos horas haciéndolo, pero lo disfrute bastante, faltaban como 15 minutos para el embarque y decidí apagar para esperar el llamado. El vuelo estaba programado para las 2am y siendo la 1:40 empezó el abordaje, llamaron a los de primera clase y a los ancianos, luego a los de la fila 32 en adelante y en ese momento empezó lo peor,  requisaron  cada equipaje de mano que fuera a entrar al avión y no fue cualquier requisa, le quitaban cualquier crema, polvo o spray que no estuviera en bolsas zip-loc o que incumpliera las normas de tamaño o peso, subi al avión cerca de las 2am y la preocupación me empezó a rondar, mi vuelo doméstico en Australia corría peligro, lo había reservado con 3 horas de diferencia y ya habiamos perdido cerca de 30 minutos en el abordaje, finalmente el vuelo partió a las 2:40 de la madrugada rumbo a Auckland.

Como la  intención era dormir bastántico saque mi almohada inflable, que no me había servido mucho en el vuelo de Avianca y la puse en mi cuello, esta vez si la sentí cómoda, recomendado comprar una de ellas o las que vienen de cojin, son mejores pero ocupan mucho mas espacio, esperé la cena y fue muy raro porque eran como las 4a.m y nos dieron fue desayuno, creo que desde ahí le empiezan a uno a cambiar el horario. La cena, almuerzo o  plato fuerte fue servido como 6 horas después, mas o menos a las 10am hora argentina y como a las 5 de la mañana hora de nueva Zelanda. De ahi en adelante el vuelo a Auckland fue normal.

Esta vez mi compañero de viaje fue un rolito diseñador industrial de la Javeriana, que estaba en las mismas condiciones mías, venia para Brisbane y también iba a estudiar ingles claro que en otra escuela, durmió todo el viaje y eso si, traía bastantes cigarrillos, le habían dicho que eran caros y es cierto, una cajetilla esta como en 10 dólares. Bajamos juntos en Auckland y nos dirigimos a las parte de pasajeros en tránsito, esperamos mas o menos una hora y  de nuevo nos subimos al mismo avión claro que estaba nuevamente limpio.

El vuelo a Sydney no fue normal, el nuevo piloto(porque en Auckland cambiaron la tripulación), avisó que depronto podíamos encontrar turbulencia en el descenso y así fue, el avión se movió bastante y el aterrizaje no fue el mejor, parece que fue difícil cuadrar el avión, aun me sentía inclinado hacia un lado cuando tocamos la pista, de verdad que me alcance a asustar. Baje del avión y camine lo más rápido posible, temía que la conexión con el vuelo doméstico me dejara, eran mas  o menos las 12:30pm y mi otro vuelo salía a las 2:30pm, tenia que hacer aduana, ir al otro aeropuerto y hacer check-in para mi nuevo vuelo, estaba preocupado.

El paso de la aduana fue fácil y rápido, pero desde que baje del avión las cosas eran a otro precio, ahora el idioma oficial era el inglés y en la aduana casi no le entiendo cuando me pidieron el certificado de la vacuna de la fiebre amarilla, desde allí toco empezar a acostumbrar el oido, recogí mi morral y tocaba hacer algo que se llama cuarentena, allí revisan si uno lleva alimentos o algo que pueda afectar el medio ambiente australiano, algo  como semillas, tierra y otros, todos estos tipos de cosas los debes declarar, solo declaré el café que traía y el paso fue inmediato, me dirigí a la transferencia doméstica e hice el check-in, en ese momento todas mis preocupaciones se acabarón y me dedique a empezar a disfrutar de Australia.

La transferencia al aeropuerto doméstico la hace la propia aerolinea, ponen un bus a disposición y este te lleva por todo el aeropuerto, finalmente te deja en el otro lado, en este paso vi el avión mas grande que hasta ahora he visto, un boeing grandisimo de Qantas airlines, muy bonito, tiene 2 pisos y realmente es muy alto, uno debajo de él de verdad que se siente una cosita. Entré a este otro aeropuerto y me dirigí a la puerta que me habían asignado, en el camino cambie 100 dólares americanos y me dieron 93 dólares Australianos, la comisión fue de 10 dólares, como siempre tumbado en el aeropuerto, recorrí todo el pasillo y encontré mi puerta, busque una gaseosa y su valor 5 dólares, empecé a ver que Australia no iba a ser para nada económico. Cerca de la 2:15pm subí al avión y me toco en medio de 2 australianos, mi puesto fue el 29E, era la última fila del avión, me senté y me dedique a esperar el despegue.
Fue un vuelo normal, lo único para destacar fue que cuando hablaban no entendía ni chimba, lo único claro fue cuando dijeron la hora local. Al llegar, baje del avión  y recogí mi morral, en ese momento sentí una alegría enorme, había terminado mi viaje, ya estaba en Brisbane y todo había salido como debía ser.