El HomeStay

Llegue a mi nueva casa y se demoraron en abrirme, me abrió Denise, mi supuesta nueva mamá,  una señora como de unos 50 años, con cabello rojo y con cara de brava pero inicialmente muy buena gente. Entré y lo primero que me dijo la señora fue que me quitara los zapatos, que no se podía caminar dentro de la casa con ellos, me los quite y me llevo a mi cuarto, es en un segundo piso, con cama, escritorio, closet y salida a un balcón, no está mal, de verdad que me siento cómodo, descargue mis maletas y me llevó a conocer la casa, me presentó a los demás habitantes, 2 coreanos, 1 francés y un japonés, éramos 5 estudiantes y ella sola, cosa que ha cambiado con el tiempo, me mostró la cocina, el patio, la piscina, sus iguanas y finalmente el baño donde me dijo que la ducha debía ser de 4 minutos, que no podía demorar más, en ese momento me asombré, creí que era capricho de ella, pero luego me di cuenta que Australia tiene problemas con el agua y que por eso siempre deben estar en racionamiento, finalmente volví a mi cuarto y empecé a desempacar.

Al terminar de desempacar prendí mi computador y empecé a buscar redes para piratear y no tener que pagarle internet a la señora, pero ninguna dio, así que me toco pagar 10 dólares la semana por la conexión, ahí empezaba a darme cuenta que esto es más bien un hotel y no un Homestay. Dormí un rato y me levante cerca de las 8 para bajar a comer, ese día fue una buena lasagna, pero igual que en todo lado la bebida no estaba presente así que tocó pasarla con agua y al terminar lavar los platos.

El día pasó rápidamente y solo hablé con el japonés, se llama Yuki, pero ninguno de los 2 hablaba suficiente inglés, así que la comunicación fue un poco difícil y mas que él no entendía ni cinco de lo que uno trataba de hablarle, tocaba hablar muy despacio y casi dibujarle lo que yo quería decir.

Al día siguiente me levante temprano me habían invitado a almorzar donde mi amiga colombiana, me bañe rápido pensando en los cuatro minutos, pero fueron suficientes, alcanza ahí como para un baño con agua bien fría, me vestí y fui con el japonés al supermercado, mas o menos  a 10 cuadras de mi casa, empecé a ver los precios y empieza uno a ver la diferencia, una coca-cola 600 2.50 dólares, crema dental normal 3 dólares, una libra de mango 3.60, solo compre la crema para afeitar que estaba a un buen precio 3.50 y una gaseosa similar a la sprite por 1.5 pero contenía un litro y 25cc. Regresamos a la casa, me recogieron y fuimos a almorzar. El almuerzo era especial porque había visita de una señora Chilena, inicialmente creí que íbamos a hablar español pero por respeto a Peter, el esposo de mi amiga, se habló todo el día inglés, y me fue bien entendí el 90%, de verdad que creí que entender iba a ser más fácil de lo que pensaba.

 

El almuerzo fue un pescado excelente, muy suave, cocinado al wok, unos vegetales muy buenos  acompañados de un vino blanco un poco delgado para mi gusto, pero bueno para pasar, esta vez sí toco repetir, al terminar sirvieron el postre y fue un especie de ensalada de frutas, en la cual venia una fruta nueva para mi, es una especie de uva pero muy chiquita y dulce, no recuerdo el nombre pero es bien rica, después de esto me empezaron a repartir toda clase de galletas y chocolates, ahí fue donde me pesó repetir.

Cuando regresé a la casa conocí al francés, se llama Matthew, con el si puede hablar mas, es buena gente y tiene gustos similares a los míos, tiene 23 años y dice que es DJ en su país, quién sabe si es verdad porque habla bastantica mierda jeje. Como todos éramos del mismo colegio ese día acordamos irnos juntos en la mañana. Me acosté como cualquier niño chiquito con la ansiedad del primer día de estudio.